Mi memoria ya no es lo que era.

Mis seres queridos opinan que tengo peor memoria de lo que yo creo.

Los problemas de memoria me dificultan mi trabajo o quehaceres cotidianos.

De un tiempo a esta parte he perdido el olfato.

Me he llegado a perder o desorientar en una zona conocida.

Recientemente me he hecho un lío al utilizar algún objeto cotidiano.

Me he encontrado en una habitación sin saber que iba hacer allí.

Me dejo olvidados objetos en los sitios.

Dudo de si acabo de hacer algo ahora mismo, como echar sal a la comida.

No sé donde he dejado objetos de uso cotidiano como las llaves o cartera.

Me apetece hacer un plan pero luego no me vuelvo a acordar.

Me doy cuenta de citas o cosas que tenía que hacer cuando ya han pasado.

Vuelvo a casa y me doy cuenta que no compré algo que quería haber comprado.

Me puedo encontrar con alguien y saber que le tenía que decir algo pero no recuerdo el qué.

Me cuesta más tiempo dar con las palabras que busco.

Puedo confundir una palabra por otra y me doy cuenta cuando ya la he dicho.

Me cuesta recordar nombres de actores o personajes de la tele que conocía.

Me cuesta recordar el nombre de personas que conozco bien cuando las veo.

Me cuesta recordar lo que cené ayer.

Cuando retomo un libro me cuesta coger el hilo porque no recuerdo lo que había pasado en los capítulos anteriores.

Cuando me recuerdan algo que he vivido o que ha pasado hace unos días no soy capaz de dar con ello en mis recuerdos.

Me cuesta recordar lo que hice el fin de semana pasado.